La técnica actual para tatuar se remonta al invento de Tomas Edison en 1876 “la pluma eléctrica” creada para la duplicación de documentos escritos o dibujados a mano. Sin embargo, en 1891 Samuel O´Reilly se dio cuenta que este sistema podía servir para pigmentar la piel, por lo que le adapto un tubo que dejaba pasar una aguja hacia un depósito de tinta y luego lo patentó.
Apenas 20 días después el inglés Thomas Riley registró una nueva máquina de tatuar que funcionaba con electroimanes, para esto adaptó el mecanismo del timbre eléctrico. Sin embargo, el dispositivo que conocemos hoy en día compuesto de 2 bobinas y un resorte en un circuito cerrado se la debemos a Alfred Charles South.
Este invento fue muy bien aprovechado por los marinos retirados a principios del siglo XX ya que encontraron en esta herramienta la manera más idónea de inmortalizar los recuerdos de sus viajes. Por otra parte, la difusión de esta práctica empezó a generalizarse con los nuevos sistemas de navegación, debdio a que los viajantes plasmaban en su piel los símbolos y coordenadas que les recordaban sus vivencias en cada puerto.
Sin embargo, la aparición de estas industrias no es fortuita, se la debemos al contacto de mediados del siglo XVIII con la cultura polinesia e indonesia. Como afirma Valderrama en su investigación en el año 2015 gracias al capitán James Cook, navegante y explorador británico, se comenzó a dispersar la práctica de tatuarse en la cultura occidental.
Debido a su relación directa con la milicia y la náutica, se instaura en los movimientos de tatuaje occidental americano del siglo XX una serie de símbolos relacionados con el patriotismo, mar, barcos, golondrinas, estrellas náuticas, banderas, armas, mujeres, coordenadas, ramas de olivo, entre otras. Acotando, debido a la particularidad de los procedimientos y los mecanismos utilizados en la época, se observa claramente una estructura sin volumen y con colores vivos en donde las líneas bien marcadas juegan un papel muy importante. De modo que, en la actualidad se reconoce como old school o vieja escuela a los tatuajes que mantienen intencionalmente dicha estética.
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